Cómo preparar a las nuevas generaciones para el futuro de la empresa familiar

Uno de los mayores retos y a la vez una de las grandes oportunidades de las familias empresarias es preparar a las siguientes generaciones para asumir el legado. No solo se trata de formar a futuros directivos, sino de educar a personas comprometidas, responsables y capaces de aportar valor desde distintos roles: como accionistas, miembros del consejo, cargos ejecutivos o líderes familiares.

El consejo de familia tiene un papel clave en este ámbito y puede actuar como guía, facilitador y protector del desarrollo de talento familiar.

Educar sin improvisar ni imponer

El desarrollo de las nuevas generaciones debe ser intencional, estructurado y coherente con los valores y objetivos del proyecto familiar. No se trata de imponer caminos, sino de acompañar, orientar y ofrecer oportunidades reales de crecimiento.

El consejo de familia como espacio educativo

El consejo de familia tiene la responsabilidad de impulsar la formación de los miembros jóvenes de la familia. Puede hacerlo de distintas formas:

  • Diseñando planes de formación individualizados, que respondan a las capacidades e intereses de cada persona.
  • Facilitando el acceso a mentores, coaches o profesionales externos, que puedan guiar a los más jóvenes en sus decisiones personales y profesionales.
  • Creando un fondo de becas familiar, para asegurar que nadie quede fuera del circuito académico por falta de recursos.
  • Organizando charlas, encuentros y talleres, sobre temas clave como liderazgo, gestión patrimonial, gobierno corporativo o finanzas.

Es importante entender que formar no es solo dar acceso a conocimientos técnicos, es también construir identidad familiar, transmitir valores y fomentar la responsabilidad.

Desarrollar talento más allá del negocio

No todos los jóvenes de la familia trabajarán en la empresa. Y no pasa nada. El objetivo no debe ser «colocar» a todos los familiares, sino formar personas que puedan ejercer roles valiosos en el ecosistema familiar-empresarial, incluso desde fuera del día a día del negocio.

Por eso, el consejo de familia puede (y debe) ayudar a:

  • Identificar talentos e intereses diversos.
  • Acompañar en procesos de elección de carrera, sin presionar.
  • Abrir espacios de participación en comités, fundaciones, foros de inversión o proyectos sociales familiares.
  • Reconocer y valorar las aportaciones que no están directamente ligadas al negocio, pero que refuerzan la cohesión y el legado familiar.

El comité de formación: una herramienta específica

Muchas familias empresarias dan un paso más y crean un comité específico dentro del consejo de familia, dedicado exclusivamente al seguimiento de planes de carrera, orientación y desarrollo. Este comité también puede gestionar los recursos asignados para formación y becas, y evaluar el progreso de los planes definidos.

Su existencia profesionaliza la tarea educativa y permite mantener el foco a largo plazo, incluso cuando cambian las personas o las circunstancias.

Es recomendable crear un comité de formación y planes de carrera en especial si la familia es grande o está en etapas avanzadas de crecimiento.

Generar experiencias de valor

Una de las mejores formas de formar es ofrecer experiencias significativas. Algunas prácticas que puede promover el consejo de familia en esta línea:

  • Incorporar a los jóvenes en proyectos familiares temporales, donde puedan observar, aprender y participar.
  • Apoyar iniciativas emprendedoras, a través de un fondo de capital riesgo familiar.
  • Ofrecer espacios de feedback constructivo, donde los jóvenes puedan reflexionar sobre sus errores y aciertos en un entorno seguro y de confianza.

Preparar no es controlar

Una advertencia importante: formar a las nuevas generaciones no significa diseñarles el futuro. El consejo de familia no está para dirigir vidas, sino para ofrecer herramientas, oportunidades y referencias.

Respetar la libertad individual es tan importante como transmitir la responsabilidad del legado. La formación familiar no debe vivirse como una obligación, sino como una oportunidad compartida.

Fuente de información:

CHINER, A. (2008). El consejo de familia: cómo se organiza y cómo trabaja. IESE, SMN-660.

Foto: Canva

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