Las personas pasan, las instituciones perduran
En la empresa familiar, el traspaso del legado de generación en generación no puede depender única y exclusivamente de las personas que están ocupando puestos claves en cada momento.
La empresa familiar necesita estructuras y políticas internas para abordar las decisiones sin tener que improvisar ni depender de personas específicas, porque las personas pasan, pero las instituciones perduran.
Por eso es tan importante institucionalizar la empresa familiar para garantizar su continuidad.
¿Qué significa institucionalizar la empresa?
Contar con una configuración institucional consiste en que la propiedad familiar disponga, en sede familiar y en sede empresarial, de políticas y sistemas (órganos y estructuras) para la toma de decisiones adecuadas en los temas relativos al poder, al dinero y a los roles de los familiares.
Es necesario una combinación y un equilibrio adecuados entre estos tres aspectos institucionales para dotar de estabilidad a la empresa.
Es importante institucionalizar la empresa familiar para garantizar su continuidad.
Los procesos de institucionalización suponen un mayor reto en las empresas familiares, porque muchas veces éstas nacen y crecen muy vinculadas a modelos de liderazgo personalistas de sus fundadores. Estos modelos son necesarios y muy útiles en las primeras etapas del negocio, pero difícilmente son repetibles en las siguientes generaciones.
En próximos artículos profundizaremos en los tres aspectos clave de la configuración institucional de la empresa familiar: el poder, el dinero y los roles familiares.
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