Poner en marcha un protocolo familiar no es fácil. Estos son algunos de los errores más habituales que suelen cometerse durante el proceso:

1. Confundir el instrumento con el fin. Lo importante no es firmar un documento, sino el proceso de análisis y reflexión que realiza la familia para alcanzar el consenso.
2. No realizar un diagnóstico personal y familiar adecuados. El protocolo familiar ha de ser un traje a medida basado en el conocimiento de los miembros de la familia.
3. Centrarse en la siguiente generación olvidando la actual. Es necesario solucionar los desequilibrios y tensiones actuales antes de enfocarse en el futuro y en la siguiente generación.
4. No lograr un inventario claro de riesgos y disfunciones. Aunque los riesgos suelen tener relación con el poder, el dinero y el derecho a trabajar en la empresa, son distintos en cada familia.
5. Contemplar solo aspectos patrimoniales y no de personas. Hay que tener en cuenta los elementos económicos y patrimoniales, pero sin desatender el cuidado de la familia.

En este artículo se analizan otros errores que suelen cometerse en el desarrollo del protocolo familiar.