Institucionalizar la empresa familiar: el dinero

¿Cómo puede una familia empresaria asegurar la continuidad de su empresa familiar? La transmisión del legado de una generación a la siguiente no debería ser responsabilidad exclusiva de quienes ocupan posiciones clave en un momento determinado.

Por esta razón, la empresa familiar debería dotarse de estructuras y directrices internas que permitan abordar las decisiones de forma planificada, minimizando la improvisación y la dependencia de personas concretas.

Es lo que se conoce como institucionalización de la empresa familiar y debe hacerse tanto a nivel familiar como empresarial, para poder tomar las decisiones más adecuadas sobre cuestiones de poder, dinero y roles familiares.

Tras analizar los aspectos relacionados con el poder, en este artículo ponemos el foco en la segunda dimensión: el dinero.

La empresa familiar debería dotarse de estructuras y directrices internas que permitan abordar las decisiones de forma planificada.

Retos económico-financieros y modelo de negocio

Es necesario que la familia propietaria tenga una clara conciencia de la capacidad económico-financiera de continuidad de la empresa. Algunas preguntas que es útil plantearse para saberlo:

  • ¿es viable el modelo de negocio actual?
  • ¿qué es lo importante o determinante de dicho modelo de negocio?
  • ¿tendrá la empresa capacidad de generar suficientes recursos para asegurar el crecimiento y la rentabilidad necesarios?

Los actuales retos de globalización y digitalización, entre otros, implican una revisión permanente de los modelos de negocio. En muchos casos, hay que desarrollar nuevos modelos de negocio para continuar siendo competitivos, y en ocasiones se requieren inversiones importantes en activos materiales y en nuevo talento.

Todo ello requiere reajustar el modelo económico-financiero, y que la familia propietaria acepte las implicaciones que ello conlleva a corto plazo, que se traducen en más reinversión y menos dividendos.

Por eso son fundamentales las decisiones que tienen impacto económico y financiero en la empresa: inversiones, adquisición de otra empresa, endeudamiento, dividendos, venta de unidades de negocio o de activos, recompra de acciones, ampliaciones de capital, etc.

Los propietarios tienen que conocer y saber interpretar los datos económicos de su empresa y ser capaces de formarse un criterio propio que les permita entender los retos y participar en las decisiones estratégicas para la continuidad con éxito de su empresa familiar.

Además de la viabilidad financiera, a veces las empresas se ven afectadas negativamente por circunstancias externas ajenas al negocio, relacionadas con el entorno, el sector, la competencia, los cambios de legislación, etc. Ante estas situaciones, la propiedad familiar debe reflexionar sobre la viabilidad futura del modelo de negocio actual.

Es necesario que la familia propietaria tenga una clara conciencia de la capacidad económico-financiera de continuidad de la empresa.

Como accionistas responsables, la propiedad debe saber en qué momento conviene dejar de ser empresa familiar y, llegado el caso, buscar una nueva propiedad que garantice la viabilidad de la empresa.

Abordar estos retos relacionados con el dinero es esencial para asegurar la continuidad del proyecto familiar compartido, y la institucionalización de la empresa familiar es el camino para lograrlo.

Foto de Steve Buissinne en Pixabay

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